Cuentos para antes de endrogarse

Hola queridos lectores, hoy en nuestra seccion "cuentos para antes de endrogarse" les traemos una hermosa anecdota llamada "Enrique y los porotos con olor a culo", una historia apasionante, con dragones, mujeres hermosas, prostitutas y demas cosas que te van a poner la piel de gallina.

Enrique y los porotos con olor a culo es un cuento veridico que trae consigo una gran moraleja, la historia es acerca de Enrique quien, un dia se esta meando demasiado y decide salir afuera debido a que el baño está ocupado y se topa con un toro parlante que larga por su culo tres porotos magicos y le da una misión a nuestro heroe. Espero que les guste como a mi me gusta el pan con sesamo.

ENRIQUE Y LOS POROTOS CON OLOR A CULO

Erase una vez, hace mucho tiempo un reino gobernado por un hombre vil y desalmado, con pueblerinos bastante pelotudos como para dejarse gobernar por semejante forro. Pero no todos los habitantes de la zona eran iguales, pues habia un joven muchacho que se hacia llamar Quique y que tenia una cierta aficion por el deporte autoctono de esa zona, el cual llamaban llevar el huevo en la cuchara hasta la otra punta, un deporte bastante extremo, ya que, era dificil mantener a un hombre con una cuchara en medio de la ingle hasta la otra punta, sobre todo porque habia que llevarlo con la boca. En fin, Enrique (o Quique para los amigos) tenia cierta maestría en dicho deporte, pero lo que en realidad le apasionaba era la compra-venta de automotores, ya que, segun él, era "un lindo curro".

Un día Enrique se levanta con muchas ganas de mear, pero el baño estaba ocupado por su hermano menor Fabrizzio quien por el aroma no estaba haciendo lo primero seguro. Indignado Enrique sale corriendo fuera de su hogar hecho a base de ramas secas, barro y caca de vaca en su totalidad. Una vez que encuentra un árbol donde largar su "Liquido Clórico" escucha un quejido proveniente al parecer, de una persona atras de los arbustos, Enrique se asoma despacio para llevarse la sorpresa de que no era una persona, sino que, era un toro parlante, un bicho que muchos han catalogado como una criatura mitológica, pero Quique lo estaba viendo con sus propios ojos.
Este Toro parlante tenia caparazón de tortuga, cabeza de toro, patas de elefante y dos parlantes inalambricos en cada una de sus alas. Enrique se dió cuenta de que este toro lloraba desconsoladamente, con mucho dolor. "- ¿Que te pasa?" pregunta Enrique "- ¿Puedo serte de ayuda oh bicho extraño y con olor a bosta?", el Toro parlante respondió con voz aguda y con cierta tonada cordobesa "Como no voy a precisar ayuda pedazo de pelotudo, ¿no ves que tengo un flechazo en la nalga?", Enrique corroborá esto y decide ayudarlo sacandole la flecha que tenia clavada en un cachete del traste.
Al realizar esta accion, el toro muy agradecido le dijo "Muchas gracias negro, no se como agradecerteló... no, a ver para, si se como darte las gracias." en ese momento el toro hace una gran fuerza y repele de sus intestinos tres porotos, con forma, textura y olor a culo-
"Con estos porotos correctamente usados podras pedir lo que quieras, pero ten cuidado, todo lo que hagas puede ser usado en tu contra."

Enrique lo mirá perplejo y solo alcanza a emitir un "oh", seguido de un "ah" finalizando con un  "mmm". El muchacho decide adoptar a este Toro y lo lleva para ordeñarlo cuando él exaltado le dice "para negro, no ves que soy toro pedazo de trolo, no me podes ordeñar, para eso estan las vacas" a lo que Quique responde "¿y no sabes donde puedo conseguir una?", el toro lo mira como entristecido y le dice "Mirá no te voy a mentir, yo tenia mujer y dos crias, pero me dejaron hace no más de un mes, desde entonces que los busco como loco, ¿vos me podes ayudar?" Enrique lo pensó un momento y asintió con la cabeza, acto seguido se dirige hacia el interior de su casa, para luego salir de la misma con un par de bolsos y desde adentro se escucha la voz de su madre que dice "Volvé temprano nene, mirá que el enema no se va  a hacer por si solo".
Y asi nuestros heroes parten hacia la aventura, pero todos sabemos que no les será fácil el camino, menos si Enrique tiene una enfermedad de chiquito llamada Mal de Atkinson una extraña enfermedad cerebral que quien la padece, de a momentos se comporta como un pelotudo, al mejor estilo Mr. Bean.




Continuará...

Matías Aghem